"Si estás leyendo esto, lo más probable es que, ya sea por motu proprio u operando como flâneur digital o como consecuencia de algún algoritmo loco o del 'si te gusta esto, también te gustará esto', lo más probable es que ya seas parte de un 'vínculo visual' que te ata a la obra de Andrés Reisinger. A medida que aceleramos nuestro paso por el paisaje sin aparente fin de Instagram, comenzamos a perder nuestra capacidad de mantenernos plenamente conscientes y de discernir nuestras decisiones. Perdemos la noción del tiempo y del espacio, de las disciplinas y de las nociones preconcebidas, y comenzamos a actuar por simple reflejo (o instinto básico), desarrollando casi un tic nervioso, un síntoma contemporáneo de nuestros tiempos. Sin embargo, cuando nos topamos con una de las imágenes digitales meticulosamente elaboradas, sensuales y casi táctiles de Andrés, encontramos un momento de tranquilidad en el que nuestro subconsciente descansa y encuentra paz. Nos regocijamos en estos espacios seductores e imposibles que contienen unos pocos objetos simples, consecuencia de mínimas decisiones formales, luces insuperables, texturas inconcebibles y configuraciones inalcanzables que solo se encuentran en los sueños más reconfortantes y en los más exuberantes recuerdos.
Dicho esto, para Quick Tiny Shows, y continuando con nuestro enfoque experimental, decidimos por primera vez dar vida a uno de los espacios metafísicos del artista. Pero ¿por qué materializar una realidad tan plástica, como dijo una vez Giorgio de Chirico de su trabajo? ¿Cuál sería el punto de construir físicamente una escena cuya belleza y fuerza se centra en gran medida en su misterio e inverosimilitud para lograr esa supuesta "efectividad"? Creo que su importancia crucial reside precisamente en este proceso de traducción de una obra a un medio diferente. El trabajo cobra vida en el momento en que la imagen nos devuelve la mirada; en el momento en que nos levantamos del sueño; en el momento en el que la totalidad del Proyecto virtual se desmorona, es desnudado completamente, y permanece lejos de las esferas de lo simbólico y del imaginario. Mirá detenidamente aquellos detalles de construcción que apuntan a la apariencia de un conocimiento que debería haber permanecido oculto, cuando se borra la distinción entre la imaginación y la realidad. Mantenete alerta para captar esas extrañas minucias que te sujetarán fuertemente, te horrorizarán y generarán cierto sentimiento de insatisfacción, temor y terror, todo al mismo tiempo".
Juan García Mosqueda
Tel Aviv, Israel