"Organizamos una exhibición, así como también un workshop en simultáneo, que han generado una serie de objetos funcionales a través de un conjunto de instrucciones simples y claras. Desde ya, como los fundadores de Jumbo señalan con precisión, la simplicidad frecuentemente trae consigo ideas y problemas de construcción de gran complejidad. Por lo tanto, el estudio americano adopta la ingenuidad, entendida como una posición de inocencia, como estrategia para defender lo poco sofisticado, lo irreductible y lo que no es cool, lo lúdico y lo lindo, lo estúpido y lo empalagoso. Por otro lado, la improvisación y la intuición acompañan las instrucciones de OoIC, permitiéndole a los fabricantes participar activamente en el proceso creativo y marcando diferencias claras con los proyectos modernos del siglo XX. Los cuatro muebles, casi de ingeniería infantil, hechos de materiales básicos y cotidianos, operan tanto sintácticamente como semánticamente sin resolver nunca este problema lingüístico fundamental. En su lugar, pretenden establecer relaciones afectivas, horizontales y evocativas con los humanos que los fabrican e interactúan con ellos. Si la literatura Oulipiana, por ejemplo, había tratado de mecanizar la escritura de una manera no creativa, eliminando el yo-creativo por completo, los proyectos de Jumbo y OoCI, por el contrario, restablecen la agencia como una herramienta para el diseño participativo donde la estética empodera a las personas a través de la experiencia. Como ya bien sabemos, todo diseño tiene implicaciones socioeconómicas, y este nuevo modelo propone una actividad colectiva en lugar de uno basado únicamente en el individualismo anglosajón. La apertura de los proyectos, a través de la asociación y la inclusión, propone un mundo más allá del control de los diseñadores y establece una interdependencia con aquellos que interactúan directamente con los objetos. Ambas prácticas infunden las obras con una agenda política en torno al juego que permite la exploración y la innovación, sucumbiendo a una atracción infantil por lo familiar y lo inusual, anclándose y aferrándose a lo conocido y lo seguro, pero a la misma vez que se explora lo nuevo y lo que nunca se ha experimentado. Esperamos que este sea el comienzo de un nuevo enfoque dialógico que pueda reconsiderar las relaciones culturales pasadas del eje Norte-Sur, Sur-Norte, en un discurso global que no borre, pero que, en cambio, ponga en el centro de la discusión sus ramificaciones materiales."

Juan García Mosqueda
Milán, Italia